Hace años salió un libro titulado “Manifiesto Crowd: La empresa y la inteligencia de las multitudes”.
Este artículo no es necesariamente sobre ese libro pero sí sobre el hecho de que esas ideas expuestas en el mismo parece que van a convertirse en el paradigma del futuro, si es que no lo son ya en buena medida del presente.
Poco a poco el término crowd va acaparando más y más espacios en nuestras vidas, y casi sin darnos cuenta hemos llegado a ese mundo donde todo parece que va a ser realizado desde las masas inteligentes. Tenemos, por ejemplo:
- Crowdsourcing
- Crowdfunding
- Crowdlending
- Coworking
- Crowdinvest
- Crowdproperty
- Crowdintelligence
- Y muchos más
No cabe duda que todos estos conceptos vienen pegando muy fuerte desde que el internet se ha vuelto un fenómeno de masas.
Internet y la inteligencia de las multitudes
El internet es el entorno que ha hecho posible que dicha inteligencia de multitudes se expanda por todo el mundo a la velocidad de la luz. Esto ha creado un mercado mundial gigantesco que ha eliminado las barreras de antaño y por ello está causando un colapso, que aunque gradual va acelerándose cada vez más, en las estructuras tradicionales del mundo de la empresa.
Aunque en realidad las repercusiones van mucho más allá de ese mundo económico, pues estamos ante todo un cambio social y si me apuran también político.
El mundo del internet es el que posibilita que un ciudadano de México y otro de España puedan colaborar en un proyecto común a pesar de que ambos están a miles de kilómetros de distancia y que no se hayan visto nunca.
También posibilita que miles de ciudadanos de cualquier otro país puedan opinar, trabajar, interactuar o mediar con cualquiera de estas personas, creando así una especie de economía e inteligencia colectiva y colaborativa.
Competitividad en la economía colectiva inteligente
Este es un modelo que supuestamente facilita la competencia en vez de la competitividad, y la cooperación en vez de la rivalidad, pero en realidad creo que no es tan sencillo.
En este sentido creo que no debemos simplificar pues el mundo de los negocios online, que es sobre el que se basa este fenómeno disruptivo de las multitudes, no deja de ser competitivo.
Es cierto que podemos hacer “pueblo unido” con millones de usuarios, por ejemplo en cuanto a dar opiniones sobre algo, compartir anécdotas o conocimiento gratuito. Todo eso es una de las características fundamentales del internet.
Lo que pasa es que a pesar de que existe eso, seguimos con la necesidad de competir, porque eso es lo que se ve en las nuevas economías online.
¿Acaso no ves que en Youtube hay una competencia feroz por salir en los primeros resultados?
Sí, hay gente que aparece ahí sin esfuerzo casi, solo por talento, pero puedes estar seguro que una vez que el youtube se ha vuelto una fuente de dinero la mayoría de los que lo trabajan lo usan de una manera competitiva. Esto es así porque luego el objetivo es conseguir más dinero.
Lo mismo pasa con el SEO y Google, o los mercados de Facebook, Instagram o cualquier otra red que facilita el networking o esas multitudes colaborativas.
Si no, ¿Por qué iban a estar trabajando con anuncios esas empresas?
Si te fijas, Google, Facebook, Amazon o Twitter, entre otras, usan anuncios de manera masiva, y eso significa que estamos compitiendo con otros, porque si no hubiera competencia y se pudiera ganar mucho dinero fácil, ¿Para qué molestarse?
Estos pequeños ejemplos no son sino la punta del iceberg de un asunto mucho más profundo, y es que las nuevas tecnologías que nos han traído esas inteligencias de multitudes no han terminado con la competitivada para nada.
Si acaso traspasan dicho concepto de un campo, el físico, a otro, el online.
En vez de tener las empresas comptitiendo por tener la mejor tienda de cierta calle, o el mejor abogado de un pueblo, lo que tenemos es a otros actores compitiendo por tener la mejor aplicación web, móvil, o mejor canal de vídeo en Twitch.
Lo que sí provoca esta economía de las multitudes es un cambio drástico en los procesos de generación de riqueza y de movimientos de capital.
Antes había que depender de la riqueza física, normalmente en forma de suelo, terreno o mobiliario, mientras que ahora se depende más de la riqueza virtual, que viene en forma de aplicación por internet, o algo tan simple como un perfil de Instagram.
Cambian los competidores, porque ya no son los del pueblo o ciudad, sino de todo el mundo.
Esto provoca, y es lo que estamos viendo, una concentración masiva de poder en aquellos sujetos que mejor han sabido gestionar estos datos de las multitudes, o sea, de nuevo: Facebook, Apple, Google, Amazon, Netflix, etcétera.
Al mismo tiempo que estos grandes colosos están creciendo cada vez más, se ve cómo hay un número cada vez más grande de trabajadores digitales, nómadas o como los queramos llamar, que son gente independiente que suele generar sus ingresos de alguna de esas plataformas, o al menos usando sus redes de cooperación.
Economía física a economía digital
Además, un punto importante es que dicha economía digital parece que cuenta con un fenómeno bastante importante, que viene a ser la cada vez mayor presencia del estado en la economía real.
Si el estado va regulando y haciendo cada vez más difícil los negocios físicos, algo indudable al menos en las economías avanzadas, donde hasta para hacer una pequeña obra en casa se necesita el permiso de un ejército de burócratas de un ayuntamiento, lo lógico es que la gente se va escorando cada vez más hacia el mundo digital, donde los impedimentos burocráticos casi no existen, al menos por ahora.
Si a lo anterior le unimos cuestiones aún más dramáticas como la emergencia sanitaria o la climática, entonces tenemos un escenario perfecto para que el empuje hacia el mundo virtual de las redes sea definitivo, y con ello no quede más remedio que abrazar totalmente esa economía de las multitudes inteligentes.
Lo que está por ver es cómo terminará por conformarse, al mismo tiempo que se van produciendo esos cambios dramáticos en la economía real.
Se aproximan años de gran volatilidad y para bien o para mal, parece ser que la inteligencia de las multitudes viene para quedarse.
Para terminar, te invito a que veas este documental de hace ya bastantes años:
Piensa bien las connotaciones que nos da el mismo con el mundo animal.